Trasplante
Antes de iniciar el trasplante deberá elegirse el marco de plantación para posteriormente realizar el marcado del terreno.
El diseño del cultivo es importante para decidir el marco de plantación más adecuado tomando en cuenta el tipo de terreno, ubicación geográfica, precipitación, tipo de híbrido, manejo cultural y fitosanitario.
De acuerdo a las experiencias obtenidas en diferentes países con siembras tecnificadas se recomiendan los siguientes marcos de plantación:
Distancia entre plantas (m) | Distancia entre líneas (m) | Plantas/Ha | ||
1.2 | 3.5 | 2,380 | ||
1.3 | 3.5 | 2,197 | ||
1.5 | 3.5 | 2,000 | ||
1.2 | 3.8 | 2,192 | ||
1.3 | 3.8 | 2,024 | ||
1.5 | 3.8 | 1,754 | ||
1.2 | 4.0 | 2,083 | ||
1.3 | 4.0 | 1,923 |
Para decidir el distanciamiento espacial y densidad que se va a utilizar, es necesario conocer algunas ventajas en el uso de densidades bajas y altas. En densidades bajas los costos de nutrición y riego son menores y favorecemos a tener frutas de mayor tamaño.
En altas densidades es lo contrario, pero se obtiene una mayor producción pero menos tamaño en las frutas. También al tener altas densidades, puede compensarse una baja en la producción debida a la eliminación de plantas por diversos factores especialmente por la presencia de virus (PRSV).
Estos marcos de plantación están pensados para la mecanización de los controles fitosanitarios así como algunas prácticas culturales como aporque y cosecha. Se recomiendan hileras sencillas para dar a la planta un mayor aprovechamiento de la luz, fomentar la aireación, hacer más eficientes las aplicaciones de productos y facilitar las labores de saneamiento.
El momento de trasplante es generalmente después de 35 días de vivero. Para el caso de híbridos es necesario sembrar 4 plantas en cada posición para lograr un alto porcentaje de plantas hermafroditas.
Antes de trasplantar el terreno debe estar a capacidad de campo para que la planta no sufra daño en la raíz por falta o exceso de humedad. Se recomienda para el ahoy ado hacer estacas o puntas de metal exactamente a la medida y forma del cepellón. Se necesitan de 2 a 3 jornales por hectárea para esta práctica. Se buscará que la plantación quede en triángulo o tresbolillo para una mejor distribución de las áreas foliares.
Durante esta práctica puede aplicarse una fertilización de fondo con 60g Fosfato diamónico (DAP, para suelos ácidos) o monoamónico (MAP para suelos alcalinos) y 30g de Nitrato de Calcio o Nitrato de Potasio por posición aplicado en huecos independientes por cada lado a 20 cm de las plántulas. Esto fomentará el desarrollo radicular y la pronta adaptación de la planta en campo. Cabe destacar que esta fertilización puede ser variable de acuerdo a los elementos presentes en el suelo.
Para sanear de nemátodos e insectos de suelos (previo análisis) se podrán aplicar 10g de Etropophos al 6% o Carbofurán 10% por posición u otro nematicida de origen natural como extractos de higuerilla (25 l/ha) o ruda (5 l/ha) aplicado por el sistema de riego. También las inoculaciones de Paecylomices lilacinus (0.50 a 1 kg/ha en una concentración mínima de 1 x 107 conidias viables por gramo), hongo entomopatógeno de nemátodos como Meloidogyne spp y Pratylenchus spp.
Inmediatamente después del trasplante deberá aplicarse un fungicida sistémico al cuello de la planta para asegurar mayor protección especialmente si esta práctica se realiza en época lluviosa o hacer una previa inoculación con Trichoderma lignorum (200 a 250 g/ ha en una concentración mínima de 2 x 107 conidias viables por gramo).
Los porcentajes de replantes oscilan entre el 1 y 5%, esto deberá ser considerado al momento de hacer el semillero.